viernes, 30 de noviembre de 2012

El sajino padre aconseja a sus hijos



“Nuestro reino no guarda remordimientos, siempre hemos caminado por estos valles, son las tierras de nuestros ancestros, mi madre vivió aquí…

Desde la punta del cerro Kampangkís, lugar donde nos encontramos ahora,
irán hacia los pantanales de Yutupis. Allí comerán frescas yerbas; todo tipo de caracoles, pues de esos lagos salen suculentos minerales

Seguramente se encontrarán con mis primos los Aguarunas. Tengan cuidado. Ellos buscan siempre lo suyo: armas y comida nada más
Si les persiguen con sus perros, juntándose entre ustedes, asusten a sus animales
Los perros cuando en grupo, valientes se creen, pero solitarios, son como los humanos…

Una vez de Yutupis, vayan hacia las cascadas, allí donde los venados gustan tomar agua
Por allá están los Achuar, cerquita al Ecuador. Son verdes campos, hermosas playas. Descansen bajo el sol, una vez alimentados. Jueguen entre ustedes sin hacer mucha bulla, pues también los Achuar son buenos cazadores…

Ya bajado el sol, emprendan la caminata. En Mayo los peces suben a las cordilleras. Diríjanse hacia el sur, ahí donde las montañas se confunden con el azul de las nubes
Por allá están los Huambisas, también cerquita al Ecuador. Ellos son más tranquilos, pero no logren descuidarse, pues de hombres hay que cuidarse, hasta en la cercanía…

Estando en Kupatás, el río de aguas turbias, disfruten de la estancia. Es el lugar más calmado. Solo aves cantando están, junto a las marismas
Naden hijitos míos, tienen que aprender a vivir. Nada viene por sí solo, por más gratuito que sea…

Después de Kupatás, vayan a Candungos. Es una comunidad tranquila, de nobles habitantes. Ahí cuando joven, muchas aventuras tuve. Contarles más adelante podré, pues fueron largas travesías…

Estando allí nomás, visiten los aguajales ¡Qué chontas y qué frutos! Eso sí, algún jaguar merodeando siempre está; tengan también mucho cuidado. Tú que eres el mayor, debes cuidar a tus hermanitos. Ellos hambrientos son, como tú cuando niño…

Una vez del aguajal, vayan a tomar masato. Visiten las chacras de los vecinos, que también la yuca nos gusta. Eso sí, no descuiden sus pasos; algún perro solitario merodea, de largos y puntiagudos hocicos

No olviden pasar cerca de los guacharos, allá por Quim o Ampam. Las cuevas son profundas, pero ahí cerca los frutos de los shakées y los séngkush abundan. Embriáguense con su fermento. Unten sus pelajes con sus aceites balsámicos: deben verse siempre fuertes, dispuestos a seguir adelante

Cerca a la choza de mi tío Náwesh, en la provincia de Castro, hay un gran bebedero; ha sido normalmente nuestro destino, el destino de nuestra travesía
Según me contaron últimamente, extraños seres habían invadido. Si ven que es imposible llegar, diríjanse hacia Katerpisa, como volviendo hacia acá. De allí, un extenso y largo camino los conducirá a Tsawantás, la catarata más alta descubierta por nuestros abuelos

Es inmenso, grande, imponente. Sus aguas parecen voces que el sabio bosque deja escuchar a los verdaderos conocedores. Ahí mi papá tomó el Ayahuasca. Ahí mi mamá, la abuela de ustedes, tomó el Tsag también. Allí se hicieron Waímakus, allí se hicieron visionarios y habitaron estos suelos, estas lluvias y estos vientos. Tú que eres el más grandecito, alguna vez los conociste, no eran débiles...!

Tsawantás viene de amanecer; ustedes deben pensar así en lo que vendrá. Por eso, si bien el bebedero está destruido, recurran a las aguas del Tsawantás. Allá yo también me hice hombre. Tantos hijos he tenido porque en ustedes creo; porque en ustedes la noche y el día confió su continuidad; son mi sangre, los guardianes de estas tierras

Lleguen y reposen en Tsawantás. Invoquen a Arutam si se sienten muy solos. Asen plátanos en los fuegos que deben armar y pónganse a relajar sus músculos. No dejen que los más pequeños se pierdan. El frío de la noche, sumado a la lluvia de estos tiempos, puede que los asuste. Pero resistan, hijitos míos, que para eso los he traído al mundo. Yo pues viejo me encuentro, adolorido por estos huesos. Ya caminar no puedo, solo orientarlos…

Así pues, hijos míos, acuéstense ahora que mañana un largo día los espera. Duerman…”



lunes, 16 de julio de 2012

Indígenas y desarrollo con equidad: una alternativa en tiempos difíciles




La creación de espacios para la generación de la confianza, en la relación comunidades indígenas y empresas, no es suficiente a la hora de unir instituciones históricamente antagónicas. La razón principal para que muchos pueblos protesten en contra de la actividad privada es porque a ellos no les han dado las oportunidades que brinda el desarrollo con equidad.

Cada vez más los Pueblos Indígenas son conscientes de que no podrán sobrevivir si viven atascados en la experiencia oscura del pasado. Si actualmente aún persisten posiciones contrarias a la modernidad y la inversión es porque no hay otra forma de defenderse ante la visión clásica del desarrollo: aquella que solo extrae los recursos naturales, paga impuestos al Estado y al cabo de un tiempo desaparece dejando a su paso más y peor pobreza de la que anteriormente existía.

Ante esta realidad, una gran pregunta cae por su propio peso: ¿qué debería hacerse entonces para revertir esta situación?

Primero, habría que trabajar en la reforma de los actuales mecanismos para la repartición del canon. Resulta risible, por no decir absurdo, que varios proyectos petroleros y gasíferos, que se encuentran en territorio de los indígenas, que por cierto están ahí antes del surgimiento del Estado y de la propia empresa, no proporcionen compensaciones directas y razonables. La forma como actualmente está tipificada la repartición es que el canon le llega primero a los gobiernos regionales y luego a los gobiernos distritales. En la práctica, esta manera de dividir los beneficios ensancha la brecha entre los nativos y las empresas, ya que el dinero proporcionado se queda en los distritos y estos difícilmente tienen interés en ayudar a las comunidades y contribuir a su progreso.

Segundo, habría que evaluar si la reforma emprendida culminaría en el hecho de hacer que las comunidades se vuelvan accionistas o socios de las empresas creadas o por crear. Por lógica, nadie puede destruir aquello que es suyo. Si los Pueblos Indígenas empiezan a ver que los proyectos son también parte de ellos no tendrían por qué arrojarles lanzas y destruirlos. No sería así, sobre todo, porque se sentirían finalmente involucrados no solo en la toma de decisiones sobre la empresa en sí sino también en algo que es más importante que eso: se sentirían reconocidos como personas y de paso en ese nuevo ámbito de lucha que es el “reconocimiento económico”.

La posibilidad de una relación de este tipo conlleva necesariamente a que tanto los nativos como las empresas afectadas se conozcan realmente y laboren para lograr una propuesta conjunta. La propuesta conjunta deberá ser el resultado de un proceso que haya abordado varios aspectos como la educación de los indígenas, la reforma de las organizaciones internas y la renovación de sus líderes. En el caso de las empresas, supondrá, inequívocamente, el cambio de mentalidad y la puesta en marcha de una nueva estrategia para el éxito de los negocios; y, evidentemente, apostar por un desarrollo en el que todos puedan ganar. Esto ayudaría a mejorar los vínculos y calmar los ánimos sociales en el país.

miércoles, 18 de abril de 2012

Los verdaderos perdidos de Kepashiato

Al margen de las bajas entre policías y militares y el dolor que siembra a su paso, los verdaderos perdidos de Kepashiato son los más de cien matsiguengas que tienen que huir al bosque por temor a las balaceras y la mentalidad macabra de los narcoterroristas. ¿Hasta cuándo esta secta terrorífica tiene que hacer padecer a las comunidades y desmembrar nuestras instituciones así como jugar con la seguridad y los valores que nos aguardan? 

Los responsables de este hecho son el Estado y el Sector privado. El Estado por no saber combatir con inteligencia este cáncer y el Sector privado por ser el foco de atracción para que los criminales sigan cometiendo sus fechorías a cambio de dinero y de recursos.

Para nosotros las cosas están claras. Sin embargo, está claro también que la evidencia no puede atarnos de pies y manos. Por eso, proponemos lo siguiente: ¿por qué no reforzar la institucionalidad indígena, dotándole de recursos y de capacidades a fin de que seamos también una pieza clave en la lucha contra el terror y la violencia?

Los asháninkas, en la década de los noventa, demostraron que también pueden contribuir en la pacificación del país. Ellos formaron lo que se llamaba el Escuadrón Avispa, un grupo de hombres debidamente armados que atacaban a los senderistas durante las noches para luego desaparecer, como avispas, en lo más profundo y enmarañado de la selva sin que ellos se dieran cuenta.

Los wampís y awajún no solo combatieron en el conflicto del Cenepa en 1995. Ellos también le dijeron “No” al sembrío de la coca y la amapola. Esto se concretó cuando luego de una Asamblea General expulsaron a los capos de las drogas en toda la cuenca del Alto Marañón. 

Ante esto, otra pregunta cae por su propio peso: si el Sector privado y el Estado sigue viendo a los nativos como “no contactados” y buscan “ayudarlos” dándoles migajas a raíz de sus operaciones, ¿lograrán que las comunidades cambien de perspectiva?

Es razonable pensar que las cosas no darán un giro si es que ellos no se esfuerzan en ver a los indígenas como aliados en la lucha contra el mal. Al Sector privado, y con esto quiero dirigirme específicamente a la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE): no piense Usted solamente en las empresas que conforman su gremio, piense en el país y contribuya no solo en traer ingresos a las arcas nacionales, contribuya sobre todo a que todos podamos sentirnos parte. No queremos migajas, queremos participación.

El Estado, por su parte, tiene que hacer que los recursos del canon lleguen directamente a las comunidades. Vea la forma cómo realizarlo rápidamente. No es posible que estando Camisea en un territorio ancestral del Pueblo Matsiguenga, los matsiguengas sean ni siquiera los últimos, sino los ausentes o los no existentes a la hora de repartir beneficios reales. El esquema de repartición tiene que cambiar, pues nuestras comunidades requieren de esos recursos para formar a nuestra gente, para tener garantía territorial, etc. Solo así podremos también sentirnos miembros de un proyecto común, de una sociedad que se esfuerza día a día para superar la lacra del olvido y el subdesarrollo. 

lunes, 5 de marzo de 2012

Necesidades e Indígenas

Los últimos años han sido cruciales para la visualización de sectores marginados y excluidos como los pueblos originarios, entornos que la espera capitalina y la historia nacional difícilmente los contaban. Este hecho fundamental no puede culminar solamente en el puro reconocimiento jurídico. Tienen que existir propuestas concretas respecto a la educación, la salud, la infraestructura y el acceso al mercado.

En la promulgación de la Ley de consulta previa, en la localidad de Imaza, Provincia de Bagua, una mujer Awajún pedía  al Presidente de la República asfaltar la carretera Bagua-Santa María de Nieva, en la Provincia de Condorcanqui. La mujer pedía esto para poder vender sus productos como el plátano, el cacao y el café.

En la medida que uno recorre todo el norte correspondiente al Alto Marañón, territorio ancestral de los jíbaros, constatará el estado catastrófico en la que se encuentra dicha carretera. Ese estado impide a los pobladores de esa jurisdicción intercambiar sus productos y así obtener ingresos que les permitan afrontar el hambre y el abandono.

La emigración de la costa hacia la selva no solo ocasionó el incremento de la población amazónica sino que también trajo enfermedades como la sífilis y el sida. Informaciones médicas revelan el alto índice de crecimiento de estos nuevos males, donde los más perjudicados son los jóvenes. Si bien es cierto que los inmigrantes son los que normalmente han traído estas enfermedades, últimamente son también los mismos indígenas los agentes de la propagación. ¿Podrá la medicina tradicional detener esta cruel epidemia?

En educación, las evidencias son desalentadoras. La mayoría de los que llegan a terminar la secundaria tienen que elegir entre ser padres o madres a los 16, 17 años y vivir frustrados en las comunidades o marcharse a las ciudades más cercanas donde trabajando como peones o bailarinas de discotecas sueñan con estudiar alguna carrera universitaria. Ese sueño que los acompaña invita a que cada día salgan más jóvenes de sus territorios. El mundo que les toca vivir, bajo esas condiciones es duro y aterrador. Tal es el impacto de ese otro mundo que la mayoría no llega a hacer realidad sus aspiraciones y viven como parias abandonados a la incertidumbre y la desesperación. ¿Qué futuro les aguarda entonces?

El presente gobierno, si algo importante puede hacer, a parte de la Ley de consulta, es crear un programa especial de formación a los indígenas. Un programa especial donde primen las especializaciones así como las carreras superiores que puedan darles mayores cuadros humanos. Pero tiene que ser una política a parte.

El proyecto apuntaría a resolver el viejo problema de no tener interlocutores apropiados y así dejen de ser actores pasivos en el proceso de desarrollo. No es posible subsistir a base de discursos si estos no hallan puertos que faciliten la interconexión con otras culturas. Aquí está el meollo de toda política de reconocimiento. Así lo demuestran las distintas experiencias de otros países, donde el mismo Estado, el Sector privado y los Nativos han sido los primeros en levantar la oreja. 

lunes, 20 de febrero de 2012

La selva espera inversiones, pero falta decisión política y mayor visión empresarial


El potencial turístico y de recursos naturales de la selva ya debería haber impulsado un crecimiento mucho más acelerado en esta región del país
Perú, Selva
DÉBORA DONGO SORIA
(El Comercio, 20 de Febrero de 2012)
La selva peruana siempre ha estimulado la imaginación de aventureros, constructores y emprendedores, como Fernando Belaunde Terry y Carlos Fermín Fitzcarrald, para aprovechar sus recursos en beneficio del país. Ha habido muchísimos proyectos de inversión con buenos y malos resultados; pero más han sido los planes que se han quedado en el papel o en la mente de algunas personas.¿Por qué?
Las autoridades se llenan la boca con el potencial económico de la selva. No les faltan motivos. Veamos algunos ejemplos de los principales productos y servicios que ofrece el oriente peruano.
Solo el año pasado, las empresas madereras en Ucayali exportaron US$55,4 millones. Sin embargo, todavía falta poner en valor más de 10 millones de hectáreas en toda la selva, sin contar las tierras que se pueden reforestar. Se estima que esta cantidad generaría US$3.000 millones anuales.
Las exportaciones de café y cacao en el Perú superaron a finales del año pasado los US$1.620 millones, pero solo en el departamento de Amazonas se calcula que hay por lo menos 100.000 hectáreas que todavía no se han utilizado para sembrar estas plantas. La alta calidad del café permite que supere los US$200 por quintal. En esta región hay, además, 100.000 hectáreas para aguaymanto. En Japón pagan US$15 por 250 gramos de este fruto. En Lima y Chiclayo el kilo cuesta S/.3.
Desde hace dos años, San Martín produce 231.000 toneladas de palma aceitera, pero se calcula que tiene más de 70.000 hectáreas sin explotar y unas 50.000 para piñón blanco, que sirve para fabricar biodiésel. Unas 10.000 hectáreas producen 40.000 toneladas de aceite. El entusiasmo por los biocombustibles se extiende a varias ciudades y ya son más de 50 los proyectos para este tipo de plantaciones. Con ellos quizá reduzcamos nuestra importación de biodiésel desde Argentina, que es de casi US$250 millones a US$1.750 por tonelada.
*En Loreto 24 empresas realizan estudios medioambientales para exploración depetróleo*, sin contar a Pluspetrol, Perenco y Talisman, las cuales ya se encuentran en la zona. En Ucayali, ya hay 17 compañías de hidrocarburos, 13 en exploración y 4 en explotación.
Para suerte nuestra, la selva tiene una extensa frontera con Brasil, la sexta potencia económica del mundo que necesita una salida al Pacífico para llegar a más mercados.
Justamente la carretera IIRSA Norte, que se extiende desde Paita hasta Yurimaguas, incrementará la relación comercial peruana con Brasil y Europa, y permitirá que el país vecino acceda más rápido al Asia. En el nivel interno, reduce los tiempos de viaje y los costos de operación vehicular. En febrero de este año, el tránsito de vehículos livianos llegó a 186.303 y de pesados a 143.347. El beneficio económico de la carretera se calcula en US$1.077,47 millones.
Por si todo esto fuera poco, los atractivos turísticos de la selva son innumerables. Peruanos y extranjeros pueden visitar la fortaleza de Kuélap, el río Amazonas, las reservas dePacaya- Samiria, Manu, Tambopata y cientos de lagos y cataratas.
Hace un año y medio Pucallpa inauguró un hotel cinco estrellas de 64 habitaciones, el Ucayali River, con una inversión de S/.17 millones. Ya registra una ocupación promedio del 70% y factura medio millón de soles mensuales.
En Tarapoto, el dueño de Puerto Palmeras, Carlos González, está próximo a duplicar a 120 el número de habitaciones de su hotel. En Iquitos empezará a funcionar en marzo el hotel Samiria de cinco estrellas y 50 habitaciones. La inversión fue de US$4 millones.
Los vuelos diarios de Lima a Tarapoto son 5 o 6, a Pucallpa 4 y a Iquitos 10. Son pocos, comparados con los 27 vuelos diarios al Cusco, pero son notoriamente más que antes, cuando la selva recibía apenas tres vuelos semanales desde la capital. Esto ha ayudado a que el turismo receptivo aumente, aunque las cifras siguen siendo bajísimas.
Al recorrerse las principales ciudades, se nota que han crecido con respecto a los últimos años. Han llegado más comercios, como Topy Top, Carsa, Efe y La Curacao. En Tarapoto o Pucallpa se ven más pistas asfaltadas, casas más grandes y ya casi no quedan terrenos amplios en el centro, por lo que el crecimiento se da sobre las carreteras.
El presidente de la Cámara de Comercio de Ucayali, Nelson Torres, asegura que Ripley ya compró un terreno de 15.000 metros cuadrados en el km 4 de la carretera y que podría instalarse en Pucallpa en los próximos dos años. Dice que Minka también adquirió un terreno de 11.000 metros cuadrados, al igual que Plaza Vea. Sodimac estaría en la búsqueda.
El gerente de operaciones de Supermercados La Inmaculada en Tarapoto, Juan Muro, admite que Supermercados Peruanos visita continuamente la ciudad y La Inmaculada.
Además, en esa ciudad se está empezando a construir un cine con cinco salas y un patio de comidas, y se acaba de inaugurar la discoteca Acqua con una inversión que se calcula en US$4 millones.
En la calle, muchos pobladores dicen que ha habido mejoras en sus ciudades y algunos tienen expectativas de mayor crecimiento. Hay extranjeros y peruanos de la sierra y costa norte que se han asentado en la selva, porque aseguran que ahí “está la plata”.
¿QUÉ PASA, ENTONCES?
Hemos mejorado, pero falta. Pese al potencial turístico y productivo, y a la expectativa por la llegada de grandes empresas, la incidencia de la pobreza en la selva alcanza al 37,3% y la desnutrición crónica, al 21,7% en niños menores de cinco años.

Regresamos, entonces, a la pregunta inicial: ¿Por qué la selva no despega en términos económicos?
Los empresarios responsabilizan a los presidentes regionales. El titular de la Cámara de Comercio de Loreto y gerente general de Hipermercados Pirámide, Víctor Valdivia, reniega de Yván Vásquez. “En el 2010 Loreto exportó US$4,5 millones en madera, pero antes alcanzaba los US$38 millones. Antes había 17 naves crucero, ahora solo hay siete. El gobierno regional no está capacitado para invertir, solo piensa en su bolsillo”.
Los presidentes regionales de la selva le echan la culpa a la falta de recursos. El dinero puede ser una limitante, pero primero deberían cuantificar sus objetivos, definir plazos, ver más allá de las obras, lograr consensos y desarrollar estrategias que trasciendan sus períodos de gestión.
De todas formas, hay buenas iniciativas. Los presidentes regionales de Loreto, Ucayali, San Martín y Amazonas invertirán en salud y educación, quieren cuidar la biodiversidad y generar valor agregado. José Arista, presidente regional de Amazonas, es uno de los que más apuesta por estos puntos.
César Villanueva, en San Martín, trabaja en la instalación de un centro de innovación tecnológica en Juanjuí para mejorar la calidad del cacao (40.000 hectáreas en producción) y del café (35.000 hectáreas).
En Loreto, Yván Vásquez busca sacar adelante el muy criticado ferrocarril de Yurimaguas a Iquitos de más de US$800 millones, la central hidroeléctrica de Mazán y un sistema de alcantarillado.
En Ucayali, Jorge Velásquez trabaja en ordenar la ciudad, repotenciar lugares turísticos con unos S/.60 millones e impulsar la construcción de un ferrocarril que una Pucallpa con Manaos, en Brasil.
Pero falta que el Consejo Interregional Amazónico (CIAM), al cual pertenecen todos los citados junto a Madre de Dios, cobre mayor protagonismo para que las autoridades identifiquen por dónde debe ir el desarrollo de la selva y puedan alcanzar metas concretas. Sin embargo, todos admiten que sus realidades son diferentes y que el año pasado se reunieron muy pocas veces con el presidente de la institución, Yván Vásquez.
Otros factores que han impedido un mayor desarrollo en la selva son el terrorismo, la mejor paga por los cultivos de coca, las plagas y fuertes lluvias, la falta de servicios básicos de calidad, la rentabilidad que aún ofrece la costa, la baja calidad universitaria y la ausencia de personal técnico especializado.
Este último punto impide que podamos mejorar la calidad y ampliar nuestra capacidad productiva. En Alto Amazonas, el ingeniero Luis Enrique Herrera revela que hay demanda interna y externa por hasta 15 toneladas mensuales de miel de abeja y tres toneladas de sacha inchi, pero que con las justas podemos producir una o dos.
La desconexión vial con el resto del Perú durante años tampoco ayuda. El Perú importa unos US$250 millones anuales en madera y solo exporta US$150 millones porque el transporte de Iquitos al Callao cuesta el doble que el del Callao a China. Además, ¿cómo puede ser Loreto una región competitiva si no está conectada con la red energética nacional, si no tiene fibra óptica y si solo cuenta con 91 kilómetros de carretera de Iquitos al pequeño pueblo de Nauta?
Las infraestructuras portuarias de Iquitos y Pucallpa piden mejoras a gritos y el puerto internacional de Yurimaguas, que se licitó el año pasado, aún no se ejecuta.
Asimismo, los altos costos para traer productos desde la costa limitan la oferta. Las compañías aéreas pueden llegar a cobrar S/.7,50 por kilo. Vía terrestre o fluvial puede valer S/.0,50, pero demoran entre 15 y 30 días en llegar.
¿DÓNDE ESTÁ EL ESTADO?
Las autoridades y representantes de las cámaras de comercio se quejan de lo que llaman desprecio del Estado, aunque aseguran no sentir resentimiento. Lo acusan de usar la selva como despensa, de ser burocrático, de no motivar la inversión ni brindar una formación empresarial a los campesinos y de dañar la competitividad con el asistencialismo.

José Arista, quien fue viceministro de Hacienda durante el segundo mandato del presidente Alan García, tiene una hipótesis. “Las autoridades centrales se mueven por los temas mediáticos. Como en la selva no generamos nada de eso, hay cierto desinterés y olvido”.
Para cambiar esta situación, exige que los ministros visiten las regiones, pero no solo durante dos o tres horas, como hacen actualmente, y que las normas se adecúen más a la realidad de la selva para así impulsar la eficiencia.
El empresario Carlos González pide equidad en las tarifas de los pasajes aéreos a la selva, los cuales suelen ser más caros que ir a Argentina, Chile o al Caribe, y colocar la región en el mapa turístico del país. “Hubo una fiesta cuando nombraron a Machu Picchu nueva maravilla del mundo. ¿Y por el río Amazonas como maravilla natural? Nada. El propio Perú boicotea todo lo que sea para este lado”.
OTRA CULTURA
Uno de los obstáculos más difíciles de enfrentar es la cultura del oriente peruano: muchos agricultores se conforman con desarrollar una economía familiar y gastan su dinero en diversión, en lugar de reinvertirlo en sus parcelas. Las cámaras y los gobiernos quieren cambiar esa mentalidad a través de charlas y talleres.

Los empresarios del Alto Amazonas sugieren que el Estado demuestre a los agricultores la rentabilidad del sector y que fomente alianzas estratégicas con los campesinos que poseen la mayoría de las tierras que todavía no se han explotado.
También falta inculcar una visión de negocios. No puede ser que China obtenga más dinero que el Perú, que le vende madera, por convertir tablones en muebles, o que la cadena de hoteles El Dorado en Iquitos haya preferido pedirle a uno de sus huéspedes que tome un taxi del aeropuerto al hotel porque su personal se olvidó de enviarle una movilidad, incluida en el precio de la habitación. ¿Qué se debe hacer para dejar que la selva siga siendo un almacén de materias primas? La apuesta es por la capacitación, la agroindustria con valor agregado y los servicios básicos y vías para atraer más turismo y comercio. Loreto, que es un caso aparte, debe repotenciar el turismo, el petróleo y el sector forestal, según el vicepresidente de Perú Cámaras, Felizardo Campos. Pero eso, según diversos especialistas, tomará por lo menos 20 años. Dependerá de todos dejar de estar tan verdes y acelerar el crecimiento de la selva de una vez por todas.


13 Reglas para un diálogo productivo con los pueblos indígenas

 Entienda que son personas. Por lo tanto, tienen las mismas necesidades que Ud.   Entienda que el español es su segunda lengua. Por ende...