martes, 4 de octubre de 2011

Necesidades y reconocimiento indígena: los temas pendientes


Shuar Velásquez R.

Tendiendo Puentes
Investigador Wampís-Awajún

El presente gobierno ha mostrado todo su interés para un mayor acercamiento con los Pueblos Indígenas. Una muestra de ello no solo es la Ley de Consulta aprobada sino también el nombramiento de actores claves en ciertos puestos estratégicos. Sin embargo, el mayor peligro de esa buena intención demostrada es su ausencia de propuestas claras respecto al desarrollo económico.

La Ley de Consulta aprobada, si bien es un hecho trascendental en la lucha por el reconocimiento no es un instrumento para generar oportunidades a fin de superar el hambre y el abandono.  Hace muchos años, Hegel, el gran filósofo alemán, sostenía que el reconocimiento no era una cortesía si no una necesidad vital para la realización de las personas. Por su parte, en contra posición, su coetáneo Carlos Marx, argumentaba que el trabajo dignificaba al hombre y que este podía ser feliz en la medida que satisfacía sus necesidades materiales.

Para las comunidades indígenas de ahora, el reconocimiento jurídico es un acontecimiento histórico y marca un precedente importante para la reconfiguración de las identidades nacionales. No obstante, critican su ausencia de iniciativas seguras para la inclusión y el disfrute de los recursos: ¿es posible vivir de la Ley de Consulta? Preguntan.

Existen otros ámbitos que evaluar para afirmar que esa ley no busca ayudar las enormes necesidades sino que quizás conlleva a una exclusión aún mayor. Exclusión aún mayor debido a que los Pueblos Indígenas, entre otros requerimientos, no cuentan con profesionales preparados para debatir con el resto de la sociedad y hacerse presentes como siempre ellos han buscado: un desarrollo con identidad cultural y sin obstrucciones.

La salud es un tema prioritario y urgente. No solo para el manejo y el control de las enfermedades comunes, sino también para las nuevas enfermedades como la depresión y el suicidio. Con la Ley de Consulta no buscamos resolver esto como tampoco se busca hacerle frente a la falta de acceso al mercado y la infraestructura. ¿Qué hacer entonces?

Primero, había que pensar en crear un mecanismo especial para dar vida a un fondo indígena, financiado por las distintas empresas existentes en la Amazonía. Ese fondo serviría, entre otras cosas, para proponer un programa de educación destinado a jóvenes indígenas de los distintos pueblos. También, serviría para financiar múltiples proyectos de desarrollo local así como financiar organizaciones indígenas a fin de fortalecerlas y volverlas más efectivas. Necesariamente la salud, la infraestructura y el acceso al  mercado serían algunas de las problemáticas atendidas con dicho fondo.

Segundo, en todo este proceso, hay que tener cuidado con las ideologizaciones. Las comunidades indígenas, al hablar del buen vivir, si bien denuncian con eso un pasado y presente oscuro, lo que pretenden en el fondo es un buen vivir con un bienestar digno y saludable. No es posible ser chino del Siglo XXI ni Matsiguenga de nuestros tiempos sin los requerimientos fundamentales cubiertos y satisfechos. Aquí está el gran reto de los propios indígenas y las nuevas generaciones así como del presente gobierno, más allá de las iniciativas legislativas ya consumadas. 

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